lunes, 21 de noviembre de 2011

La partida

Ordené sacar mi caballo del establo. El criado no me comprendió. Fui yo mismo al establo, ensillé el caballo y monté. A lo lejos oí el sonido de una trompeta; le pregunté lo que aquello significaba. Él no sabía nada, no había oído nada. En el portón me detuvo para preguntarme:

-¿Hacia dónde cagalga el señor?

-No lo sé -respondí-. Sólo quiero irme de aquí, solamente irme de aquí. Partir, salir de aquí, sólo así puedo alcanzar mi meta.

-¿Conoce, pues, su meta? -preguntó él.

-Sí -contesté yo-. Lo he dicho ya. Salir de aquí, ésa es mi meta.

Franz KAFKA, La partida