Retrasar el reloj una hora y hacer comidas más cortas, mejora la conciliación familiar y profesional, ya que permite disponer, cada día, de una hora y media más para la vida personal. Se trata de una propuesta presentada por la catedrática Nuria Chinchilla en el VII Congreso Nacional para Racionalizar los Horarios Españoles, que -asegura- "tendría coste cero" y cuya implantación sería "una cuestión de voluntad política".
Los defensores de esta fórmula conciliadora destacan que no tendría efecto en los hábitos de los españoles, ya que adaptaría el reloj al horario solar. "Seguiríamos comiendo a las dos de la tarde, aunque nuestro reloj marcaría la una, y permitiría entrar a trabajar a las nueve de la mañana y salir antes de las seis de la tarde", ha explicado la experta.
Para ello, habría que reducir el tiempo que los trabajadores disponen para comer -en muchos casos dos horas- a 45 minutos y eliminar el desayuno. "Si se entra a trabajar a las nueve y se come a la una, no es necesario disponer de tiempo para desayunar", ha argumentado Chinchilla, directora del Centro Internacional Trabajo y Familia del IESE, quien ha planteado que con esta nueva organización "más racional" del tiempo de trabajo, no sólo se dispone de más tiempo libre para el ocio y para mejorar la conciliación, sino que aumentarían las horas de descanso.
La catedrática sostiene que España se encuentra en un "huso horario equivocado -en Europa central- y debe regresar al de Europa occidental", en el que se encuentran Gran Bretaña, Portugal o la Comunidad Canaria, por su ubicación en el mapa respecto al meridiano de Greenwich, que determina su horario solar.
El 2 de mayo de 1942, después de comenzar la II Guerra Mundial, España adoptó el huso horario central, para situarse en la misma franja horaria que Francia, Alemania e Italia.
Libertad Digital, martes 9 de octubre de 2012.