—Siento indiferencia —dijo clavando la vista en la hierba.
—¿Indiferencia? Yo creo que es más complejo borreguil. Comportarse como miembro de un manso y servil rebaño tiene consecuencias: que te traten como a una oveja —dije rascándome la oreja.
—Es que soy una oveja.
—Y yo, un perro, ¿y qué...?
Olga, Esto no es un país, es un rebaño.