lunes, 18 de febrero de 2019

No os fiéis de los escritores

Cuando se corrió la voz de que al coronel no había quien le escribiera, ocurrió que todos compramos sobres y papel de cartas. Así quisimos consolar al viejo militar, pero nadie encontró la dirección donde remitirlas. Todo fue un truco publicitario y tramposo de Gabriel García Márquez. Macondo no existe.

Juan Badaya