La primavera llegó tarde y se disculpó sofocada. Ruborizada y con el pelo desordenado, alisaba delicadamente su vestido de flores arrugado. Con una voz cálida, como de terciopelo, explicaba que las carreteras estaban bloqueadas después de la nieve caída en los últimos días. El invierno, sonrojado y todavía jadeante, sonreía.
Margarita del Brezo, Deshielo.