El taxidermista ha hecho un trabajo genial, está perfecto ahí junto al piano, aunque se extraño cuando se lo encargué, él pensaba que era Kuki mi perrita, que murió el mismo día que mi Paco, que disgusto cogí ese día con lo de mi Kuki.
Sé que no queda muy bien en el comedor, una no es perfecta, pero es que cuando Paco estaba dando el último suspiro debió de decir: “entiérrame con el piano” pero como estoy un poco sorda yo entendí “entiérrame en el piano”, me pareció raro, pero quien se iba a oponer a su última voluntad.
Javier Puchades, Última voluntad.