Los orígenes de la filosofía del pensamiento pacifista se remontan a la antigüedad oriental, concretamente a India y China. En el siglo VI antes de Cristo, Mahavir, fundador del Jainismo, estableció como máximo precepto moral el principio práctico del ahimsa, entendiéndose por tal la renuncia a la voluntad de matar y de dañar, concepto que en castellano se traduce por el neologismo "no-violencia".
El hinduismo incorpora en su sistema el concepto de no-violencia, pero Gandhi, piedra angular del pensamiento pacifista contemporáneo, concreta en sí una convergente variedad de corrientes y da origen a un nuevo concepto del pacifismo, que nace de su fuerte convicción religiosa, basándose en las religiones orientales y el cristianismo. Se puede apreciar, una constante educativa en el pensamiento gandhiano que está definida por la autonomía y la afirmación personal, como primer paso para conseguir la libertad. Gandhi, consciente de las violencias externas, propugna un aprendizaje desde pequeños de las técnicas no-violentas (manifestaciones y acciones no-violentas, prácticas de los métodos de resistencia civil y no cooperación con la injusticia organizada), que favorezcan la fuerza la fuerza interior necesaria de cada persona: la no-violencia no tiene nada de pasividad, por el contrario, plantea luchar contra la injusticia, sin que esta lucha implique daño a la persona que apoya dicha injusticia(desaparecen los castigos corporales y todo tipo de violencia física o psíquica). Para Gandhi el fin nunca justifica los medios. En consecuencia, un fin, por bueno que sea, nunca puede justificar unos medios violentos o contrarios a la moral.
El hinduismo incorpora en su sistema el concepto de no-violencia, pero Gandhi, piedra angular del pensamiento pacifista contemporáneo, concreta en sí una convergente variedad de corrientes y da origen a un nuevo concepto del pacifismo, que nace de su fuerte convicción religiosa, basándose en las religiones orientales y el cristianismo. Se puede apreciar, una constante educativa en el pensamiento gandhiano que está definida por la autonomía y la afirmación personal, como primer paso para conseguir la libertad. Gandhi, consciente de las violencias externas, propugna un aprendizaje desde pequeños de las técnicas no-violentas (manifestaciones y acciones no-violentas, prácticas de los métodos de resistencia civil y no cooperación con la injusticia organizada), que favorezcan la fuerza la fuerza interior necesaria de cada persona: la no-violencia no tiene nada de pasividad, por el contrario, plantea luchar contra la injusticia, sin que esta lucha implique daño a la persona que apoya dicha injusticia(desaparecen los castigos corporales y todo tipo de violencia física o psíquica). Para Gandhi el fin nunca justifica los medios. En consecuencia, un fin, por bueno que sea, nunca puede justificar unos medios violentos o contrarios a la moral.