H. G. Wells: “History is a race between education and catastrophe”.

martes, 3 de abril de 2012

8 de abril: Día internacional del Pueblo Gitano



Señores de los campos
Somos señores de los campos, de los sembrados, de las selvas, de los montes, de las fuentes y de los ríos. Los montes nos ofrecen leña de balde; los árboles, frutas; las viñas, uvas; las huertas, hortaliza; las fuentes, agua; los ríos, peces, y los vedados, caza; sombra, las peñas; aire fresco, las quiebras; y casas, las cuevas. Para nosotros las inclemencias del cielo son oreos, refrigerio las nieves, baños la lluvia, músicas los truenos y hachas los relámpagos. Para nosotros son los duros terreros colchones de blandas plumas: el cuero curtido de nuestros cuerpos nos sirve de arnés impenetrable que nos defiende; a nuestra ligereza no la impiden grillos, ni la detienen barrancos, ni la contrastan paredes; a nuestro ánimo no le tuercen cordeles, ni le menoscaban garruchas, ni le ahogan tocas, ni le doman potros.

Miguel de CERVANTES, La gitanilla.



Un pueblo proscrito
Un pueblo proscrito y condenado por la opinión y las leyes al oprobio y a la ignominia; un pueblo expulsado de todas las profesiones liberales; privado desde mucho siglos del derecho de adquirirse propiedad y de disponer de sus bienes movibles bajo las mismas formalidades y seguridad que el pueblo que lo detesta; que sometido a un régimen de leyes especiales y severas sabe obedecer y conservar a un tiempo cierta especie de independencia; que han sufrido la persecución por espacio de algunos siglos; que se le acusa de todos los excesos, de todos los crímenes de la barbarie, de todos los vicios de la civilización; y que a pesar del desprecio que inspira, del rencor que se le profesa, de la prevención con que se le trata y se le juzga, resiste sin embargo a este abatimiento, a este oprobio, a estas leyes y, en fin, a todas las causas que deben desunir, disolver y anonadar a las familias y las naciones: este pueblo, pues, por el mero de haber conservado su existencia, merece la atención del observador, y el examen de las causas que han contribuido a su conservación es un problema cuya solución es digna de la Historia.

J.M., Historia de los gitanos, Imprenta de Antonio Bergnes, Barcelona, 1832.




Historia de los gitanos
La procedencia egipcia de los gitanos se ha aceptado durante mucho tiempo, especialmente del siglo XV al XVII. Como pueblo ágrafo que es, nadie sabe con
certeza a qué grupo étnico pertenece ni de dónde procede. Basándose en estudios sobre su lengua, el romaní, y la literatura oral de los gitanos, algunos antropólogos han deducido que podrían proceder de la India.

Su proceso migratorio empezó hacia el año 1000 d.C. A partir del análisis de los dialectos romaníes se reconstruyeron las rutas que habían seguido en su
migración: Indostán, Afganistán, Irán. La presencia de palabras griegas y
eslavas en su lenguaje nos da a entender que pasaron por Grecia, Bulgaria,
Serbia y Bohemia.



La primera aparición documentada del pueblo gitano en Europa tuvo lugar en el año 1417, en la ciudad alemana de Lüneburg. A partir de esa fecha aparecen
muchos escritos en diversos puntos de Europa donde se les nombra: en los Países Bajos en 1422, en París en 1427, etc. Después del siglo XV, la presencia gitanan en Europa es notoria, y a partir del siglo XIX se les puede encontrar también en el Nuevo Mundo e incluso en Australia y Nueva Zelanda.

En España ya había gitanos en el primer cuarto del siglo XV. Los primeros gitanos entraron en grupos de 50-100 miembros, dirigidos cada uno por un jefe que se llama a sí mismo duque o conde del Egipto Menor o Pequeño Egipto. De ahí el nombre de egipcianos con que se les llamó.

Persecución de los gitanos en España
Ya en 1499 apareció la primera pragmática contra ellos, ya que a las autoridades no les gustaba su forma de vida: "Sabed que no ha fecho relación de que vosotros andáis de lugar en lugar muchos tiempos e años, sin tener oficios ni otra manera de vivir alguna, salvo pediendo lemosna, e hurtando, e trafagando, engañando e fanciéndovos fechiceros, e faciendo otras cosas no debidas ni honestas".

La Prisión general de gitanos, o Gran Redada, fue una persecución autorizada por el rey Fernando VI, y organizada en secreto por el marqués de la Ensenada, que se inició de manera sincronizada en todo el territorio español el miércoles 30 de julio de 1749 con el objetivo declarado de arrestar a todos los gitanos del reino. Fueron detenidos entre 9.000 y 12.000 gitanos, muchos de los cuales fueron obligados a realizar trabajos forzados. En 1763 el nuevo rey, Carlos III, notificó la liberación de los gitanos.

La ley de vagos y maleantes, aprobada en 1933 por el gobierno de la Segunda República, se aplicó discreccionalmente contra los gitanos.

Durante la dictadura de Franco, se prohíbe el uso del idioma gitano, considerado una "jerga de delincuentes", y en el artículo 4 de la Guardia Civil (1943), se indica que "se vigilará escrupulosamente a los gitanos, cuidando mucho todos los documentos que tengan, observar sus trajes, averiguar su modo de vivir y cuanto conduzca a formar una idea exacta de sus movimientos y ocupaciones, indagando el punto a que se dirigen en sus viajes y el objeto de ellos".

Los gitanos se marcharon a las ciudades
Los gitanos han cambiado más en estas últimas décadas que en los anteriores 100 años: de tratantes ambulantes de ganado han emigrado a las grandes ciudades, buscando nuevos nichos de trabajo, como la charratería y la venta ambulante. ¿Qué ha hecho cambiar a los gitanos sus modos tradicionales de vida? Fundamentalmente los cambios económico-sociales de la industrialización española y la de la mecanización del campo, que desestructuró su segregada, pero bien ajustada, forma de vida nómada.

Tomás CALVO BUEZAS, ¿España racista?, Anthropos, Barcelona, 2000.



Los gitanos y la escuela
Frente a la exclusión que le impone la sociedad mayoritaria, el grupo minoritario gitano aporta a sus miembros una serie de recursos culturales propios que proporcionan, desde la niñez, un complejo sistema de valores, normas y pautas de conducta que se transmite de generación en generación mediante la protección, el cuidado y las muestras de afecto e inclusión. Todo esto tiene como finalidad primordial convertir la infancia en un periodo feliz y, sin duda, subyace a la mirada que las y los gitanos dirigen hacia la escuela.

Begoña GARCÍA PASTOR, Ser gitano fuera y dentro de la escuela, CSIC, Madrid, 2009.

Diego García Bustamante, estudiante gitano
Desde pequeño, se imaginaba dando clases en un colegio, rodeado de niñas y niños gitanos. Se veía diciéndoles: “Aquí estoy; soy gitano, como vosotros, así que ya sabéis, a prepararos y a estudiar para que, cuando seáis mayores, podáis ser lo que cada uno quiera. Deseo demostrar a los niños que pueden conseguir lo que se propongan”.



El trato con menores se le da muy bien: “Estoy acostumbrado a ellos, porque, como la mayoría de los gitanos, soy cristiano evangélico y siempre he llevado la Escuela Dominical de mi Iglesia”. Otra prueba más de cómo disfruta del trato con las personas son las colaboraciones que realiza de forma voluntaria: “He participado en Almería, en un grupo de voluntariado; en Guadix, en una Casa de acogida para menores inmigrantes; y en Melilla; fue una experiencia muy gratifi cante, ya que pudimos ver que existe otra realidad a nuestro alrededor y no tan lejos como pensamos”. Completa su formación recibiendo clases de inglés y francés en la Escuela Ofi cial de Idiomas. Una vez que tenga su título de Maestro y esté trabajando, quiere seguir estudiando. Le gustaría empezar una Filología o Traducción. Su especialidad es el inglés, pero también ha estudiado francés y quisiera profundizar en italiano y caló.

http://www.gitanos.org/publicaciones/50estudiantes/