“La parte primera de Europa por Occidente es, como dijimos, Iberia. De ésta, la mayor parte es difícilmente habitable, pues en una gran extensión la pueblan montañas, bosques y llanuras de suelo tan pobre que ni siquiera disfrutan del agua uniformemente. La parte septentrional es extremadamente fría, a lo que se añade la aspereza, y vecina del Océano, sumando a esto el aislamiento y la falta de lazos con las otras regiones, de modo que presenta pésimas condiciones de habitabilidad. Estas regiones son como decimos, pero en cambio la del sur es casi en su totalidad fértil. Iberia se asemeja a una piel de toro extendida, sobre todo en el Pirine, que constituye el flanco oriental. Porque la cadena, que se extiende ininterrumpidamente de sur a norte, separa Céltica de Iberia. Todos los montañeses son austeros, beben normalmente agua, duermen en el suelo y dejan que el cabello les llegue muy abajo, como mujeres, pero luchan ciñéndose la frente con una banda. Comen principalmente chivos. Los montañeses, durante dos tercios del año, se alimentan de bellotas de encina, triturándolas y luego moliéndolas y fabricando con ellas un pan que se conserva un tiempo.Este, como he expuesto, es el género de vida de los montañeses, y me refiero a los que jalonan el flanco norte de Iberia: galaicos, astures y cántabros hasta llegar a los vascones y el Pirene; pues el modo de vida de todos ellos es semejante. Actualmente su situación ha mejorado gracias a la paz y la presencia de los romanos, pero los que gozan menos de las ventajas de la civilización son más duros y brutales.”
Estrabón, Geografía