¿Recuerdas que tropecé contra tu triciclo? Pues ahora tú eres el anciano vagabundo y yo, quien pedalea a tu alrededor. No es nada personal, pequeño; sólo necesitaba un cuerpo de repuesto. Tranquilo, se ocuparán de ti. Seguramente, confundirán con demencia esa aniñada mirada de terror. Ya ha pasado otras veces.
Antonio Bolant