H. G. Wells: “History is a race between education and catastrophe”.

viernes, 14 de septiembre de 2012

15 de septiembre: Día Internacional de la Democracia


El 8 de noviembre de 2007, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 15 de septiembre como el Día Internacional de la Democracia e invitó a todos los Estados miembros, el sistema de las Naciones Unidas y otras organizaciones regionales, intergubernamentales y organizaciones no gubernamentales a conmemorar el Día.

El término democracia proviene del griego demos, 'pueblo', y kratia, 'gobierno'. Nació en el siglo VI a.C., en Atenas, aunque con un sentido diferente al actual, pues, el demos ateniense sólo estaba formado por los varones libres mayores de edad nacidos en Atenas o en el Ática, es decir, poco más del 10 % de la población total.

Un régimen democrático garantiza que los ciudadanos gocen de derechos y puedan participar en la elaboración de leyes, generalmente a través de sus representantes.



El actual régimen democrático español nació con la Constitución de 1978, después de casi cuarenta años de dictadura franquista.

La democracia según el ateniense Pericles (siglo IV a.C)
Tenemos una república que no sigue las leyes de las otras ciudades vecinas y comarcanas, sino que da leyes y ejemplo a los otros, y nuestro gobierno se llama democracia, porque la administración de la república no pertenece ni está en pocos sino en muchos. Por lo cual cada uno de nosotros, de cualquier estado o condición que sea, si tiene algún conocimiento de virtud, tan obligado está a procurar el bien y honra de la ciudad como los otros, y no será nombrado para ningún cargo, ni honrado, ni acatado por su linaje o solar, sino tan sólo por su virtud y bondad. Que por pobre o de bajo suelo que sea, con tal que pueda hacer bien y provecho a la república, no será excluido de los cargos y dignidades públicas.

Nosotros, pues, en lo que toca a nuestra república gobernamos libremente; y asimismo en los tratos y negocios que tenemos diariamente con nuestros vecinos y comarcanos, sin causarnos ira o saña que alguno se alegre de la fuerza o demasía que nos haya hecho, pues cuando ellos se gozan y alegran, nosotros guardamos una severidad honesta y disimulamos nuestro pesar y tristeza. Comunicamos sin pesadumbre unos a otros nuestros bienes particulares, y en lo que toca a la república y al bien común no infringimos cosa alguna, no tanto por temor al juez, cuanto por obedecer las leyes, sobre todo las hechas en favor de los que son injuriados, y aunque no lo sean, causan afrenta al que las infringe.

TUCÍDIDES, Historia de la guerra del Peloponeso, Orbis, Barcelona, 1986.




Democracia vs. plutocracia
Las democracias modernas nacieron con el objetivo de acabar con los privilegios estamentales: algunas personas, por el mero hecho de nacer en el seno de una familia o en una región determinada, disfrutaban de más derechos que la mayoría de la población. Con el tiempo, las democracias también trataron de atenuar las diferencias de riqueza, concediendo a todos los habitantes del país el acceso a unos servicios básicos.

Las democracias funcionaban gracias a los impuestos, que se recaudaban según el principio de la progresividad: los más ricos pagaban más que los más pobres.

En los últimos años, los Estados han tendido a elevar los impuestos indirectos, que no son progresivos. Por otro lado, los más ricos o las grandes empresas, mediante un ejército de asesores, pagan cada vez menos impuestos, en muchos casos domiciliándose en paraísos fiscales.

En Estados Unidos, mediante el cabildeo o lobby system, las grandes empresas tratan de influir en la legislación aprobada por la Cámara de Representantes y el Senado. Fueron los cabilderos los que consiguieron que se aprobara la legislación que permitió el desarrollo de las hipótecas subprime. Paradójicamente, cuando en 2007 se produjo la crisis de las compañías que gestionaban este tipo de hipotecas, los lobbies presionaron para que éstas recibieran ayudas millonarias.

La elección del presidente de los Estados Unidos es una competición en la que participan un candidato republicano y un candidato demócrata. Los aspirantes independientes apenas tienen la posibilidad de abrirse un hueco. Las grandes empresas y corporaciones patrocinan las campañas de los dos candidatos -casi siempre, a la vez-, que hoy en día exige unos gastos desorbitados en publicidad. El pueblo vota al presidente, pero son los más ricos los que le eligen.

En Europa, suelen ser los grandes bancos los que financian las campañas de los partidos políticos.



Reflexiones de Tony Judt
Desde finales del siglo XIX hasta la década de 1970, las sociedades avanzadas de Occidente se volvieron cada vez menos desiguales. Gracias a la tributación progresiva, los subsidios del gobierno para los necesitados, la provisión de servicios sociales y garantías contra las situaciones de crisis, las democracias modernas se estaban desprendiendo de sus extremos de riqueza y pobreza.

En los últimos treinta años hemos arrojado todo esto por la borda, países como Reino Unido y Estados Unidos se han dedicado a desmontar décadas de legislación social y supervisión económica.

Las consecuencias están claras. La movilidad intergeneracional se ha interrumpido, los niños tienen muy pocas expectativas de mejorar la condición en la que nacieron. Los pobres siguen siendo pobres. La desventaja económica para la gran mayoría se traduce en mala salud, oportunidades educacionales perdidas y -cada vez más- los síntomas habituales de la depresión: alcoholismo, obesidad y delitos menores. Los desempleados o subempleados pierden las habilidades que hubieran adquirido y se vuelven superfluos crónicamente para la economía. Las consecuencias con frecuencia son la angustia y el estrés, por no mencionar las enfermedades y la muerte prematura.

Tony JUDT, Algo va mal, Taurus, Madrid, 2011.

Estados democráticos y Estados no democráticos
Tradionalmente, los Estados democráticos han adoptado dos posturas frente a los Estados no democráticos: las relaciones cordiales o la coexistencia, cuando no el enfrentamiento. Hoy en día, la mayor parte de los Estados europeos y americanos cuentan con un régimen democrático pluralista. En África predominan los regímenes autoritarios, casi siempre con un barniz democrático. En Asia, encontramos el Estado democrático con más población, la India, y China, el mayor de los Estados totalitarios. En los países árabes predominan los Estados autoritarios y las monarquías feudales; los Estados occidentales han adoptado una actitud condescendiente con estos países, a causa de su riqueza petrolífera.