La Llorona de ultratumba anda riendo, compungida, por los callejones de la ciudad; la Momia ha bajado los brazos y ha vuelto a encerrarse en el sarcófago; Frankenstein ha devuelto sus órganos a los zombis donantes; el Hombre Lobo ha decidido depilarse y ya no consigue impresionar ni a las lobas; los fantasmas ahora solo sirven para vestir camas; y Drácula ha emigrado a Nunca Jamás a ver si allí mejora de su anemia. Mientras, los humanos adultos continúan atemorizados con cada fin de mes y a los niños hace ya mucho tiempo que solo les asusta quedarse sin batería.
Lorenzo Rubio, Balada triste de Monsterland.