En 1945, diez científicos atómicos alemanes, entre los cuales había tres premios nobel, fueron capturados por un comando estadounidense, llevados a un refugio de los servicios secretos ingleses y espiados noche y día sin que lo supieran. Sus conversaciones, desclasificadas y publicadas en 1992, revelan que los “malvados” científicos alemanes eran éticamente más sensibles que los “buenos” científicos aliados y se quedaron trastornados por el hecho de que sus colegas se hubieran prestado a fabricar las bombas atómicas usadas en Japón.
Piergiorgio Odifreddi, Diccionario de la estupidez, Editorial Malpaso, Barcelona, 2018.