El señor Wayne lleva una vida muy ordenada y pacífica desde que se jubiló, dedicada a sus nietos, al cuidado de sus camelias, a las tertulias literarias con sus amigos y a disfrutar de su esposa. Y de este modo es muy feliz. Pero a pesar de ello, sigue echando de menos al Joker, a Enigma o al Pingüino, e incluso al traidor de Robín. Y a veces, les envía postales y libros a la cárcel.
Nicolás Jarque, Enemigos para siempre.
Nicolás Jarque, Enemigos para siempre.