Empecé a pensar en un nuevo relato. Y ante la pantalla en blanco sentí el vértigo de los saltos de página, la opresión de los márgenes y la fluidez viscosa de las sangrías.
Revisé las impresiones que podían justificar mi bloqueo y entonces lo vi claro. Me compré una pluma.
Margarita del Brezo, Virus informático.