Se levantó puntual y se coló por el armario. Desembocó en la oficina. Ya no cogería atascos, pero estaba en pijama. Sus compañeros aún no habían llegado. Salió a la calle para comprarse la ropa necesaria. Se lo tragó el probador y apareció en su casa.
Hoy sí llegaría tarde.
Carmen Cano, Puntual.