La nueva adquisición del señor Peebles para la tienda de mascotas es un lagarto gigante al que ha llamado Moguila. El reptil, luce un bombín azul marino y un bonito lazo fucsia que envuelve su membranoso cuerpo, como si se tratara de un regalo; así motiva su venta. Pasa el día expuesto tras el escaparate, y se ha convertido en la atracción del pueblo. Cada tarde, la gente se detiene ante el acristalado y observa cómo el señor Peebles le da una suculenta merienda a base de pequeñas mascotas; las que no consigue vender: conejillos, hámsteres, gatos, jerbos y ardillas.
Sergi Cambrils, El lagarto Moguila.