Enrique Veiga, ingeniero gallego, ha creado una máquina que él mismo la llama “milagro” y que ha significado un gran adelanto para países que tienen ausencia de agua como Irán o Namibia.
A 45 grados de temperatura como mínimo, sequedad en el ambiente, ausencia de agua corriente y sin posibilidad de encontrarla, ya que es más que complicado que llueva; parecería increíble que encontrásemos una máquina que pudiera producir agua potable.