De Aníbal refiere Apiano que, después de vencer a Marcelo, contempló su cadáver. Lo vio cubierto de heridas y dijo a los que le acompañaban:
—Estas heridas demuestran que era un buen soldado.
Esperó por si alguien le contradecía y viendo que no, añadió:
—Lo mismo que su derrota y su muerte demuestran que era un mal general.
Noel Clarasó, Antología de anécdotas, Editorial Acervo, Barcelona, 1971.