Henry Morton Stanley |
Antes de lanzarse tras las huellas de Livingstone, irá usted a Suez para asistir a la inauguración del Canal. Desde allí, se traslada al alto Egipto; cuento con usted para redactar una guía que sirva a los turistas visitantes de esa región. Luego, como está allí al lado, se pasa usted por Jerusalén, donde según parece acaban de hacerse descubrimientos arqueológicos interesantes. A continuación sigue camino a Constantinopla, donde según dicen anda algo revuelta la situación política. Quiero que después vaya a Crimea: han menudeado los combates y describirá usted los campos de batalla. Se afirma que los rusos se traen entre manos una expedición al Cáucaso. Si se lleva a efecto, nos informa usted. A renglón seguido, convendrá que nos envíe buenos despachos sobre la India y Persia... Se asegura que son países apasionantes. Naturalmente, se detendrá usted en Bagdad, puesto que le pilla de camino; no deje de darnos detalles sobre la construcción de ese ferrocarril en el valle del Eufrates. Y desde allí, desde la India, partirá usted a la búsqueda de Livingstone. Por lo que yo sé, en Zanzíbar podrá obtener alguna información sobre él. Descubra su paradero y no deje de buscar hasta que le haya visto. Si ha muerto, mande la prueba... Estoy cansado... Buenas noches... ¡Que Dios le ayude!
VV.AA., Los grandes enigmas históricos de antaño 7, Amigos de la historia, Barcelona, 1970.