Las conchas cauris constituyen un curioso fenómeno de un sistema monetario utilizado durante siglos en el Océano Índico, África y algunos puntos de Europa, sobre todo para el tráfico de esclavos. Las conchas cauris (Cypraea moneta) se extraían en las islas Maldivas desde el siglo IX y se distribuían desde aquí a la costa malabar y a las caravanas de comerciantes que se adentraban en África. Las conchas se obtenían al lanzar al mar hojas de palmera a las que se adherían los moluscos; una vez secados al sol, se enterraban en la arena y se lavaban para agruparse finalmente en lotes de 12.000. Todas las conchas eran entregadas al sultán, que lo cambiaba por arroz, tejidos y sal. Curiosamente, el cauri no se utilizaba como dinero en las islas sino el larin, una especie de anzuelo de plata.
Antes de los europeos había dos rutas: una casi local, la de Bengala, vital para las Maldivas, que adquirían de esa manera arroz, y una segunda que se dirigía al oeste, básicamente monopolizada por mercaderes árabes, y que concluía en El Cairo. A partir de la llegada de los europeos las conchas se utilizaban como lastre de los barcos. Llegaban a a Amsterdam o Londres, donde se subastaban y se llevaban a África para la compra de esclavos. Desde el siglo XVII británicos y holandeses compitieron por el monopolio del comercio del cauri. En 1520 un varón adulto costaba siete cabras o 6.000 conchas; en 1680, entre 10.000 y 31.000 conchas por esclavo; en la década de 1710, entre 40.000 y 50.000 cauris; en la de 1760, 80.000 conchas; en la de 1770, de 160.000 a 176.000 conchas por esclavo.
El hundimiento del cauri comenzó con la prohibición legal de la esclavitud en 1807. Posteriormente, los europeos comenzaron a utilizarlo de nuevo para pagar el aceite de palma, pero se acabó abandonando cuando los comerciantes alemanes introdujeron el Cypraea annulus de Zanzíbar, lo que produjo una gran inflación. A finales del siglo fue abandonado cuando la autoridad colonial no lo aceptó como moneda para pagar impuestos.
En la actualidad el cauri se utiliza como objeto de adorno.
En la actualidad el cauri se utiliza como objeto de adorno.