Estudiar, a pesar de todo, sigue compensando. Desde luego, en términos económicos. Eso es lo que puede extraerse de la última Encuesta de Presupuestos Familiares, que muestra un hecho incuestionable. Los hogares en los que el sustentador principal de la familia ha alcanzado título universitario de segundo ciclo (licenciados o doctores) gastan un 40% más que la media. Su capacidad de gasto es, incluso, mayor, pero una parte de sus rentas las pueden destinar al ahorro.
O dicho en términos precisos, los hogares con mayor formación académica gastan, de media, 39.452 euros al año, frente a los 28.151 que destina a consumir la media. Pero es que en el caso de quienes no hayan pasado de estudios primarios, la diferencia es mucho mayor. Las familias en las que el ‘cabeza de familia’ es universitario gastan casi el doble que quienes no hayan logrado superar la educación secundaria de primer ciclo (19.817 euros).
En términos individuales, la distancia es, igualmente, relevante. Mientras que el gasto medio por persona entre quienes tienen menos estudios se sitúa en 8.703 euros, en el caso de los mejor formados asciende a 15.500 euros al año.
El Confidencial, martes 23 de julio de 2013.