En un pueblo del Maresme catalán se dice la primera misa después de la liberación. El antiguo cura del pueblo, un hombre sencillo, de misa y olla, que logró escapar de la quema y ha permanecido oculto en una masía los tres años de la contienda, reaparece, algo más delgado, con la palidez del encierro, para subir al púlpito y proseguir con su ministerio. Esparce la mirada sobre su rebaño, que la guerra ha menguado.
—Queridísimos hermanos —comienza el sermón, con fuerte acento catalán—, ved a dónde nos ha conducido vuestra mala cabeza: tantos vecinos muertos en el frente o asesinados; los campos, sin arar; los animales, muertos o robados; la iglesia, destrozada y yo… ¡yo hablando en castellano!
Juan ESLAVA GALÁN, Una historia de la guerra civil que no va a gustar a nadie, Planeta, Barcelona, 2013.