La lengua coloquial incorporó, fundamentalmente a través de los distintos argots y, sobre todo, el de los ejércitos coloniales, palabras de la experiencia imperialista real, éstas reflejaban muy frecuentemente una visión negativa de sus súbditos. Los trabajadores italianos llamaban a los esquiroles crumiri (término que tomaron de una tribu norteafricana) y los políticos italianos llamaban a los regimientos de dóciles votantes del sur, conducidos a las elecciones por los jefes locales como ascari (tropas coloniales nativas), los caciques, jefes indios del Imperio español en América, habían pasado a ser sinónimos de jefe político; los caids (jefes indígenas norteafricanos) proveyeron el término utilizado para designar a los jefes de las bandas de criminales en Francia.
Eric Hobsbawm, La era del Imperio. 1875-1914, Crítica, Barcelona, 2009.