El 7 de octubre de 1971, Jesús Gil fue condenado a cinco años de prisión por imprudencia profesional y se le trasladó a Carabanchel, lugar en el que permaneció apenas cuatro meses, pues fue indultado el 24 de febrero de 1972.
Para que quede claro que el indulto no se debió a sus ideas políticas, hay que señalar que, años más tarde, cuando fue condenado por estafa, consiguió un segundo indulto, esta vez de un gobierno socialista.
José Antonio Vázquez Taín, Matar no es fácil, Espasa, Madrid, 2016.