En el cerro Santa Lucía, en pleno centro de Santiago de Chile, se alza una estatua del jefe indígena Caupolicán.
Caupolicán más bien parece un indio de Hollywood, y se explica: la obra fue esculpida, en 1869, para un concurso de los Estados Unidos en memoria de James Fenimore Cooper, autor de la novela El último de los mohicanos.
La escultura perdió el concurso, y el mohicano no tuvo más remedio que mudarse de país y mentir que era chileno.
Eduardo Galeano, El cazador de historias, Siglo XXI, Buenos Aires, 2016.