Hay algo muy británico en la base militar del canal de Suez, que abarca un área del tamaño de Gales y en 1954 era todavía sede de cerca de ochenta mil soldados. Había diez lavabos en la estación de ferrocarril de El Qantara: tres para oficiales alta graduación (uno para los europeos, otro para los asiáticos y otro para los de color), tres para oficiales de baja graduación y sargentos de cada raza, tres para los soldados de cada raza y uno para el pequeño número de mujeres en servicio.
Niall Ferguson, El imperio británico. Cómo Gran Bretaña forjó el orden mundial, Debate, Barcelona, 2005.