H. G. Wells: “History is a race between education and catastrophe”.
jueves, 2 de febrero de 2012
3º CC.SS. - TEMA 9 - La mano de obra de Apple
No hace mucho, Apple alardeaba de que sus productos se fabricaban en Estados Unidos. Pero casi la totalidad de los 70 millones de iPhones, de los 30 millones de iPads y de los 59 millones de otros productos de Apple que se vendieron el año pasado fueron fabricados en otros países. Durante una cena en California, el pasado febrero, Barack Obama preguntó a Steve Jobs por qué no podía regresar a EE UU todo ese empleo. “Esos trabajos no van a volver”, parece que le respondió Jobs. No es solo una cuestión de que los salarios sean más bajos fuera de Estados Unidos. Es más bien que los ejecutivos de Apple creen que el enorme tamaño de las fábricas en el exterior, así como la flexibilidad, la diligencia y las aptitudes industriales de los trabajadores extranjeros han superado tanto a las de sus homólogos estadounidenses que el made in USA ya no es una opción viable para la mayoría de los productos de Apple.
Un ex ejecutivo describía hasta qué punto la empresa dependía de una fábrica china para modernizar la fabricación del iPhone solo unas semanas antes de que el aparato tuviera que estar en las estanterías. Apple había rediseñado la pantalla del iPhone en el último minuto, obligando a una restructuración de la línea de montaje. Las nuevas pantallas empezaron a llegar a la fábrica cerca de medianoche. Un capataz despertó a los 8.000 trabajadores que viven en los dormitorios de la empresa, según el ejecutivo. A cada empleado le dieron una magdalena y una taza de té, y en menos de media hora empezó un turno de 12 horas para colocar las pantallas de vidrio en marcos biselados. “No existe ninguna fábrica estadounidense que pueda igualar eso”, explica el ejecutivo.
Apple emplea a 43.000 personas en Estados Unidos y a 20.000 en otros países. Muchas más trabajan para los contratistas de Apple: 700.000 diseñan, fabrican y ensamblan iPhones, iPads y otros productos .
Charles DUHIGG, Keith BRADSHER, A la tecnología ya no le importa el ‘made in USA’.
El País, jueves 2 de febrero de 2011.