Hasta los conejos muerden cuando son presionados. Indignados por los continuos abusos de los despiadados tigres (burócratas), un ejército de conejos muerde, ataca a sus dirigentes.
El protagonista de la historia es Kuang, un niño que se queda dormido leyendo un cuento sobre conejos. Resultan obvios los paralelismos con varios escándalos públicos en China: las crías de los conejos explotan poco después de tomar leche de los biberones de sus madres (referencia al escándalo de lácteos contaminados), los tigres se llenan los bolsillos con la demolición de casas de conejos, unos estudiantes quedan atrapados en un incendio mientras sus responsables se salvan los primeros, el hijo de un dirigente local del Partido invoca el nombre de su progenitor para tratar de eludir la ley tras atropellar a una vecina.
De esta manera, el animador Pi San quería despedir el año del tigre (2010) y dar la bienvenida al año del conejo (2011).