Entró en el supermercado maldiciendo su situación, disparando al techo y estanterías. Clientes y empleados huyeron despavoridos. Salió desarmado con las manos en alto. La policía le esperaba.
En comisaría sólo obtuvieron una respuesta:
—Deseo comer a diario, tener un techo, cuatro paredes y calefacción. ¡Añoro mis años de cárcel!
Isidro Moreno, Añoranza.