El aborto es la interrupción del embarazo por causas naturales o deliberadamente provocadas.
En algunas sociedades primitivas y antiguas, el infanticidio era una práctica habitual, consentida, en ciertos casos: hay constancia de canibalismo en la Prehistoria (algunos estudiosos señalan que hasta el 50 % de las niñas eran devoradas por sus progenitores); entre los bosquimanos, si la madre moría, se enterraba al recién nacido con ella pues la horda no podía encargarse de su cuidado; en muchos casos, cuando acaecía una crisis alimentaria, los niños eran los primeros en morir, al recibir las raciones más exiguas; en Cartago y en Mesoamérica, los infantes eran sacrificados a los dioses en momentos de dificultad.
A lo largo de la historia, el aborto ha sido una práctica común, aunque peligrosa. La madre sola o con ayuda provocaba por medios artificiales la muerte del feto.
Flavio Josefo, escritor judío que vivió en el siglo I, escribió que Dios le prohíbe a las mujeres causar aborto de lo que se ha engendrado, o destruirlo más tarde. El cristianismo ha estado tradicionalmente en contra del aborto. En la encíclica Evangelium Vitae (El evangelio de la vida, 1995), el papa Juan Pablo II criticó el aborto y la eutanasia. Allí se dice que “la vida humana es sagrada”.
En España, la Ley Orgánica 9/1985 despenalizaba el aborto en algunos casos:
-Evitar un grave peligro para la vida o la salud física o psíquica de la embarazada.
- Si el embarazo es consecuencia de un hecho constitutivo de un delito de violación, previamente denunciado.
-Presunción de graves taras físicas o psíquicas en el feto.
En los últimos años de vigor de esta ley, más del 95 % de los abortos se practicaron aduciendo la primera causa, lo que provocó las críticas de organizaciones contrarias a esta práctica que indicaban que los médicos obtenían falsos certificados psíquicos. Se denunciaron como fraudulentas las prácticas de muchas clínicas abortistas.
En 2001, el gobierno legalizó la llamada “píldora abortiva”, que debía ser administrada en los hospitales y para mujeres con menos de 7 semanas de gestación. Desde 2009, se puede conseguir la “píldora del día siguiente” en las farmacias sin prescripción médica.
En 2010 se aprobó la Ley Orgánica 2/2010, que concreta la despenalización de la práctica del aborto inducido durante las primeras 14 semanas del embarazo.
Mientras muchas organizaciones de diversa índole aplaudieron la aprobación de esta ley, algunas asociaciones pro-vida criticaron que un feto de 14 semanas fuera considerado un “ser vivo”, pero no un “ser humano” o que las menores pudieran abortar sin el consentimiento paterno.
El nuevo gobierno ha asegurado que va a revisar la ley del aborto.
A favor y en contra del aborto