H. G. Wells: “History is a race between education and catastrophe”.

jueves, 6 de octubre de 2011

El primer discurso de las Cortes

Señores oyentes o lectores, estas orejas mías oyeron el primer discurso que se pronunció en asambleas españolas en el siglo XIX. Aún retumba en mi entendimiento aquel preludio, aquella voz inicial de nuestras glorias parlamentarias, emitida por un clérigo sencillo y apacible, de ánimo sereno, talento claro, continente humilde y simpático. Si al principio los murmullos de arriba y abajo no permitían oír claramente su voz, poco a poco fueron acallándose los ruidos y siguió claro y solemne el discurso. Las palabras se destacaban sobre un silencio religioso, fijándose de tal modo en la mente que parecían esculpirse. La atención era profunda, y jamás voz alguna fue oída con más respeto.

-¿Sabe usted, amiga mía -dijo en un momento de descanso doña Flora- que este cleriguito no lo hace mal?

-Muy bien. Si todos hablaran así, esto no sería malo. Aún no me he enterado bien de lo que propone.

-Pues a mí me parece todo lo que ha dicho muy puesto en razón. Ya sigue. Atendamos.



El discurso no fue largo, pero sí sentencioso, elocuente y erudito. En un cuarto de hora Muñoz Torrero había lanzado a la faz de la nación el programa del nuevo gobierno, y la esencia de las nuevas ideas. Cuando la última palabra expiró en sus labios, y se sentó recibiendo las felicitaciones y los aplausos de las tribunas, el siglo décimo octavo había concluido.

El reloj de la historia señaló con campanada, no por todos oída, su última hora, y realizose en España uno de los principales dobleces del tiempo.

Benito PÉREZ GALDÓS, Episodios Nacionales. Primera Serie. Cádiz, Alianza, Madrid, 2002.