Notaremos algo de lo que distingue más esta obra de la ilustración y del patriotismo de nuestros padres. Muchas de sus disposiciones habían sido ya anteriormente acordadas y estaban rigiendo, pero incorporándose en su lugar correspondiente con otras que de nuevo se acordaron, para que juntas formasen un cuerpo legal. Distribuyóse la Constitución en diez títulos, divididos en capítulos y artículos en número estos últimos de 384. En el Primer Título, que lleva por epígrafe De la nación española y los españoles, es lo más notable el artículo 3º en que se consigna el principio radical, ya establecido por las Cortes en el célebre decreto de 24 de septiembre de 1810, de que "la soberanía reside esencialmente en la nación, y por lo mismo pertenece a ésta exclusivamente el derecho a establecer sus leyes fundamentales". Lo es también el declarar españoles a todos los nacidos en los dominios de España de ambos hemisferios; principio y raíz del derecho que más adelante se da en la Constitución a los españoles de ambos mundos de ser considerados ciudadanos y tener igual representación en las Cortes del reino.
Modesto LAFUENTE, Historia General de España. Volumen XVII, Montaner y Simón, Barcelona, 1889.