H. G. Wells: “History is a race between education and catastrophe”.

jueves, 13 de marzo de 2014

1º CC.SS. - TEMA 8 - Ötzi









 En 1991 unos excursionistas encontraron unos restos humanos en los Alpes, cerca de la frontera italo-austríaca. Magníficamente preservados por las bajas temperaturas, los restos resultaron pertenecer a un hombre que vivió entre el 3350 y el 3100 antes de Cristo. Ötzi tenía unos 46 años cuando murió, en plena edad del cobre, y que medía 1,60 metros y pesaba unos 50 kilos.

Su cuerpo y pertenencias están expuestos en el Museo de Arqueología del Tirol del Sur de Bolzano, Tirol del Sur, Italia. 



El hombre de hielo tiene parientes vivos
Un equipo internacional de científicos ha publicado la secuenciación del cadáver congelado más famoso del mundo. Los investigadores ya conocen la secuencia casi completa del ADN de Ötzi, el «hombre de hielo» del Tirol, un cazador prehistórico que falleció desangrado hace unos 5.300 años después de que una flecha le atravesara el cuerpo por la espalda y, de remate, recibiera un golpetazo en la cabeza. El estudio, publicado en Nature Communications, ha descubierto que Ötzi sufría de una enfermedad del corazón, una infección bacteriana y caries, era intolerante a la lactosa, se atiborraba de cabra montés y tenía los ojos castaños. Además, ha encontrado pistas sobre el paradero de sus parientes vivos más cercanos, que, curiosamente, pueden vivir en Córcega y Cerdeña.

Unos excursionistas descubrieron el cuerpo de Ötzi en los Alpes, cerca de la frontera entre Italia y Austria en 1991. Muy conservada, es la momia humana más antigua del mundo y una de las más estudiadas por la ciencia. Su aspecto físico fue pronto recreado por los hermanos Alfonso y Adrie Kennis, artistas holandeses especializados en paleontología que también han dado forma a los homínidos de Atapuerca. Por ellos ya sabíamos algunas cosas, como que tenía los ojos marrones y hundidos, y una rostro surcado de arrugas que le hacía parecer un anciano aunque se cree que tenía unos 45 años. Además, también sabíamos que comía cabra -su estómago estaba lleno de ese tipo de carne cuando murió- y que era poca cosa: pesaba unos 45 kilos y no supera el 1,60 de altura. Ahora, la secuenciación del genoma ha permitido confirmar algunas de sus características y conocer otras nuevas.

Los datos sugieren que Ötzi tenía los ojos marrones y la sangre de tipo O, y que era intolerante a la lactosa. El equipo de Zink también ha descubierto variantes genéticas vinculadas al endurecimiento de las arterias, lo que podría ayudar a explicar los depósitos de calcio encontrados en las tomografías. «Él no era obeso, era muy activo, no tenía factores de riesgo importantes para el desarrollo de la calcificación de su corazón», dice Zink. «Tal vez desarrolló esto debido a una predisposición genética».

Otro de los aspectos más interesantes de la secuenciación del genoma de Ötzi son sus ancestros y orígenes. ¿Le quedan parientes vivos? Su cromosoma Y posee las mutaciones más comunes entre los hombres de Cerdeña y Córcega, y su genoma nuclear sitúa a sus más cercanos parientes de hoy en día en la misma zona. Quizás el tipo de Ötzi vivió una vez en toda Europa, antes de extinguirse o de mezclarse con otros grupos en todas partes excepto en estas islas. Ahí sigue vivo de alguna forma.

ABC, miércoles 29 de febrero de 2012.

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