Carlota Samos era colaboradora del Partido Comunista clandestino. Era también una modista de élite en Granada, donde tenía un taller de costura en la céntrica calle de San Matías. Esta mujer, que había enviudado, bordó unas banderas republicanas que fueron colocadas el 14 de abril de 1946 en el paseo del Salón y otras zonas de la ciudad. Un día después, cayó el PC de Granada. Carlota fue detenida y conducida al cuartel del Albaicín. Su hijo Carlos, que por entonces tenía 12 años, la siguió en el momento de la detención y permaneció frente al cuartel durante tres días. Esperaba día y noche a su madre. Vecinos de la zona le proporcionaron comida y mantas. Un teniente le ofreció ver a su madre a cambio de que después se marchara de las inmediaciones del cuartel. Cuando el chaval la abrazó, sintió que tenía la espalda estriada como las tablas de lavar y se le humedecieron las manos de sangre a causa de los latigazos que había recibido. El relato de lo que le sucedió a Carlota, reconstruido a partir del testimonio de su hijo, es uno de los que cuenta el investigador José María Azuaga en su libro Tiempo de lucha. Represión, resistencia y guerrilla. Granada-Málaga, 1939-1952.
Azuaga (Torrox, Málaga, 1957), profesor en el Instituto José Martín Recuerda de Motril, estudia la lucha clandestina contra el franquismo y el papel de la resistencia política y armada en las provincias de Granada y Málaga. Su libro, que es fruto de años de investigación, se ocupa también de la represión y la violencia que ejerció la dictadura contra la población civil. En su obra, analiza además el contexto en que ocurren los hechos, señalando, entre otros factores, el papel de las diferencias de clase y el compromiso de las clases altas con el franquismo. “En la posguerra , los ‘años del hambre’, para las clases populares, los cinco grandes bancos de España ganaban un 700% más cada año, según datos del mismo régimen”, explica Azuaga, que aborda las circunstancias históricas en que se produjo el golpe de estado de 1936 y el contexto internacional, para destacar que “las potencias capitalistas, encabezadas por EE UU, fueron decisivas en la consolidación del régimen”.
Andalucesdiario.es, lunes 31 de marzo de 2014.