H. G. Wells: “History is a race between education and catastrophe”.
lunes, 28 de noviembre de 2011
1 de diciembre: Día Internacional de la Lucha contra el SIDA
Treinta años de SIDA
El Día Mundial de la Lucha contra el SIDA se conmemora el 1 de diciembre de cada año, y se dedica a dar a conocer los avances contra la pandemia de VIH/SIDA causada por la extensión de la infección del VIH.
Se eligió el día 1 de diciembre porque el primer caso de SIDA fue diagnosticado en este día en 1981. Desde entonces, el sida ha matado a más de 25 millones de personas en todo el planeta, lo que la hace una de las epidemias más destructivas de la historia registrada. A pesar de que existe un mayor acceso y se ha mejorado el tratamiento antirretroviral y el cuidado en muchas regiones del mundo, la epidemia de sida costó aproximadamente 3,1 millones (entre 2,8 y 3,6 millones) de vidas sólo en el año 2005, de las cuales más de medio millón (570.000) eran niños.
El SIDA, enfermedad crónica
El SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida) es una enfermedad que afecta a los humanos infectados por el VIH. Se dice que una persona padece de SIDA cuando su organismo, debido a la inmunodeficiencia provocada por el VIH, no es capaz de ofrecer una respuesta inmune adecuada contra las infecciones.
El VIH se transmite a través de los siguientes fluidos corporales: sangre, semen, secreciones vaginales y leche materna.
El tiempo promedio entre la infección inicial y el desarrollo del sida varía entre ocho a diez años en ausencia de tratamiento.
Actualmente existen medicamentos, llamados antirretrovirales, que frenan el progreso de la enfermedad y la aparición de infecciones, así que aunque el SIDA no puede propiamente curarse, sí puede convertirse con el uso continuado de esos fármacos en una enfermedad crónica compatible con una vida larga y casi normal.
El virus que saltó al hombre
¿Cómo pudo el virus ‘saltar’ en el centro de África, desde el chimpancé hasta el ser humano?
Pues bien, de forma similar a lo que hacen estos primates al cazar y comer monos más pequeños, una actividad que les trasmitió el virus, también los habitantes humanos de estas zonas de África son cazadores habituales de grandes simios. Para los indígenas de esta región del planeta, la carne de mono es un alimento más que pueden conseguir mediante la caza y de hecho lo consumen frecuentemente.
Durante las cacerías es más que frecuente que el animal acorralado pueda producir heridas, mordiscos o arañazos por donde habría penetrado el virus. Otros mecanismos posibles de transmisión al hombre serían al comer su carne o al mantener algún tipo de contacto sexual con estos animales.
El paciente más antiguo infectado por el virus del sida que ha podido ser documentado científicamente es un congoleño cuya sangre, extraída en 1959, dio positiva. La muestra había sido congelada como parte de un estudio de investigación de aquella época y fue analizada en 1998 en busca del nuevo virus. Existen sin embargo otros casos muy sospechosos que podría haber sido sida en los años 30, sin embargo no han podido ser documentados por no existir sangre disponible para el análisis. Otros casos que precedieron a la epidemia y que están bien documentados son los de un marinero noruego que murió en 1976 y el de un adolescente afro-americano que murió en 1969, en ambos se aisló el virus a partir de muestras de tejido.
elmundo.es
SIDA. Historia de una enfermedad
Magic Johnson no quiere que olvides
El 7 de noviembre, exactamente 20 años después de conmocionar al deporte, al mundo entero, anunciando que era portador del VIH, Magic Johnson volvió a reunir a la prensa en el Staples Center de Los Ángeles. "Tengo buena y mala suerte. Buena, porque estoy bien y puedo animar a la gente a que se haga el test. Pero el inconveniente es que mucha gente, precisamente al ver que estoy bien, se confía y piensa que si contrae el virus no le pasará nada", se lamentó ante los periodistas.
El País, sábado 19 de noviembre de 2011.
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El fin de la epidemia de SIDA, ¿más cerca?
“Hace tan sólo unos años, parecía descabellado hablar sobre el fin de la epidemia de sida a corto plazo. Sin embargo, la ciencia, el apoyo político y las respuestas comunitarias están empezando a dar frutos claros y tangibles”. Si nos atenemos a estas palabras de Michel Sidibé, director ejecutivo de ONUSIDA, no hay duda de que estamos frente a un horizonte esperanzador en la lucha contra el sida. Y es que, según el último informe de esta organización dependiente de Naciones Unidas y que se publica en los días previos a la celebración del día mundial de la enfermedad, hay datos positivos que invitan a vislumbrar un futuro mejor.
“Las nuevas infecciones siguen disminuyendo y un número sin precedente de personas sigue el tratamiento”, apunta Sidibé. Y es que actualmente más personas que nunca viven con el VIH, en gran parte debido al mayor acceso al tratamiento. Así, según recoge el informe de 2011, a finales de 2010, aproximadamente 34 millones de personas vivían con el VIH en todo el mundo, un 17% más que en 2001. Esto refleja el continuo aumento de nuevas infecciones por el VIH y una expansión significativa del acceso al tratamiento antirretrovírico, que ha ayudado a reducir las muertes relacionadas con el sida, especialmente en los últimos años. De esta forma, gracias a los tratamientos, el número de personas que mueren por causas relacionadas con el sida disminuyó a 1,8 millones en 2010, desde el nivel máximo de 2,2 millones alcanzado a mediados de los años 2000.
La lucha va dando sus frutos, pues desde 1995, se han evitado un total de 2,5 millones de muertes en países de ingresos bajos y medianos debido al tratamiento antirretrovírico que se introdujo, según los nuevos cálculos de ONUSIDA. Y los grandes esfuerzos de los últimos años ven ahora recompensa, pues gran parte de ese éxito proviene de los últimos dos años, cuando se produjo una rápida ampliación del acceso al tratamiento; solo en 2010, se evitaron 700.000 muertes relacionadas con el sida.
Hola.com
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Famosos que contrajeron la enfermedad
Michel FOUCAULT (1926-1984): filósofo francés.
Rock HUDSON (1925-1985): actor estadounidense.
Gia CARANGI (1960-1986): modelo estadounidense.
Bruce CHATWIN (1940-1989): escritor británico.
Jaime GIL DE BIEDMA (1929-1990): escritor español.
Reinaldo ARENAS (1943-1990): escritor cubano.
Freddy MERCURY (1946-1991): cantante británico.
Isaac ASIMOV (1920-1992): escritor estadounidense.
Anthony PERKINS (1932-1992): actor estadounidense.
Rudolf NUREYEV (1938-1993): bailarín ruso.
Arthur ASHE (1943-1993): tenista estadounidense.
Las amenazas de nuestro mundo
La especie humana no puede disfrutar de la inmunidad relativa que representa el daño de la muerte individual y que disfrutan las especies más pequeñas y fecundas. Los seres humanos son comparativamente grandes, de vida larga y lenta reproducción, de modo que una muerte demasiado rápida lleva en sí el espectro de la catástrofe. Una cifra elevada y anormal de muertes rápidas por enfermedad de los seres humanos puede mermar muchísimo la población humana. No es difícil imaginar que su elevada incidencia pueda llegar a extinguir por completo la especie humana.
A este respecto, la enfermedad más peligrosa es ese tipo de mal funcionamiento llamado «enfermedad infecciosa». Existen muchos trastornos que pueden afectar al ser humano en una u otra forma, y también pueden matarle, pero no representan una amenaza para la especie en general porque quedan limitados al individuo afectado. Sin embargo, cuando una enfermedad puede ser transmitida de un ser humano a otro, y cuando su incidencia en un individuo puede conducir a la muerte de ese individuo y de otros millones como él, entonces es que existe la posibilidad de una catástrofe.
En verdad, las enfermedades infecciosas en tiempos históricos se han acercado mucho más a la extinción de la especie humana que la depredación de cualquier animal. Y aunque esas enfermedades no han conseguido, aún en sus peores manifestaciones, poner fin a los seres humanos como especie viviente, puede dañar gravemente una civilización y cambiar el curso de la Historia. De hecho, esto ha sucedido varias veces.
Isaac ASIMOV, Las amenazas de nuestro mundo, Plaza y Janés, Barcelona, 1992.