Un viejo árabe, de apariencia miserable, mendigaba por las calles de una ciudad. Nadie le prestaba la más mínima atención. Un paseante le dijo con verdadero desprecio:
-Pero ¿qué haces aquí? Ya ves que nadie repara en ti.
El hombre pobre miró tranquilo al paseante y le contestó:
-¿Y a mí qué? Yo sí reparo en mí y eso me basta. Lo contrario sí que sería horrible: que todos repararan en mí y que yo me ignorase.
Jean-Claude CARRIÈRE, El círculo de los mentirosos, Círculo, Barcelona, 2000.