En el siglo XII, el custos placitorum coronae era un oficial encargado de proteger judicialmente las propiedades de la corona en los condados. A ese custos coronae se le llamaba curuner en el francés que hablaban los normandos que gobernaban Inglaterra; en inglés, esa palabra se convirtió en coroner. Poco a poco sus funciones fueron modificándose. En el siglo XVII, el coroner era el encargado de determinar las causas en que se había producido la muerte cuando ésta no había sido natural. Ese es el cometido que siguen teniendo los coroners en Estados Unidos. En el Reino Unido, los coroners se ocupan de otros asuntos, como por ejemplo dar cuenta del hallazgo de tesoros enterrados.