Óscar II, rey de Suecia y Noruega (1829-1907), visitaba un día una escuela. Preguntó a uno de los niños:
—A ver si me dices el nombre de un gran rey de Suecia.
Y el niño, que conocía el nombre del visitante, contestó en seguida:
—¡Oscar segundo!
—Bueno, pues a ver si me dices alguno de los hechos que han dado grandeza a este rey.
—Muchos, señor; pero no me acuerdo de ninguno.
—No te preocupes. En esto estamos iguales; yo tampoco me acuerdo de ninguno.
Noel Clarasó, Antología de anécdotas, Editorial Acervo, Barcelona, 1971.