Campus de Reina Mercedes. Amanecer de la segunda semana de huelga convocada por los delegados estudiantiles, y del cierre de las aulas auspiciado por el consejo rector de la Hispalense. Llega un catedrático nacido en Sevilla, con experiencia internacional, que conoce de sobra la trastienda de su universidad. Tiene la lección bien aprendida sobre qué reforma es la prioritaria en educación superior. Se la explicó la semana pasada a los alumnos que quisieron escucharle. Y, aunque no haya clases, está dispuesto a repetírsela, en los laboratorios, en los pasillos, en la cafetería o en la calle. Esta es su tesis:
"Nuestra Universidad muestra su lado más patético estos días. La contradicción es evidente: pretenden defender la universidad pública los que más son responsables de su deterioro. Aquellos que actúan sobre ella diariamente como si fuese su patrimonio personal. Claman contra la pretendida privatización aquellos que la tienen privatizada al máximo nivel posible; deciden sobre el dinero público autónomamente sin dar cuentas a la sociedad y primando sus intereses corporativos. Le llaman a eso universidad democrática; es realmente una universidad corporativa, en manos de una casta cerrada y decadente.
»Queridos alumnos, se lo dije la semana pasada a vuestros representantes: la propia concepción del paro académico es una antigualla. Suspenden las actividades académicas pero no los exámenes finales. Rezuma la concepción más carca de la educación: lo importante es superar el examen y no la actividad educativa en sí. Yo hago evaluación continua. Os evalúo día a día y os transmito la idea de que lo que importa es vuestro trabajo, no lo que seáis capaces de escribir en un papel a final de curso. En mis asignaturas los exámenes finales son opcionales, no quiero que aprendáis a aprobar exámenes, sino que aprendáis a ser científicos.
»Pero en la Universidad no acabáis de entender eso y, con este paro, se consagra la visión caduca de la enseñanza. Alumnos de muchas facultades se quedan contentos con esto: lo que no se da no entra en el examen. Descorazonador."
Juan Luis PAVÓN, Lección de un catedrático a los alumnos sobre lo que no están aprendiendo.
Diario de Sevilla, lunes 28 de mayo de 2012.
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"Nuestra Universidad muestra su lado más patético estos días. La contradicción es evidente: pretenden defender la universidad pública los que más son responsables de su deterioro. Aquellos que actúan sobre ella diariamente como si fuese su patrimonio personal. Claman contra la pretendida privatización aquellos que la tienen privatizada al máximo nivel posible; deciden sobre el dinero público autónomamente sin dar cuentas a la sociedad y primando sus intereses corporativos. Le llaman a eso universidad democrática; es realmente una universidad corporativa, en manos de una casta cerrada y decadente.
»Queridos alumnos, se lo dije la semana pasada a vuestros representantes: la propia concepción del paro académico es una antigualla. Suspenden las actividades académicas pero no los exámenes finales. Rezuma la concepción más carca de la educación: lo importante es superar el examen y no la actividad educativa en sí. Yo hago evaluación continua. Os evalúo día a día y os transmito la idea de que lo que importa es vuestro trabajo, no lo que seáis capaces de escribir en un papel a final de curso. En mis asignaturas los exámenes finales son opcionales, no quiero que aprendáis a aprobar exámenes, sino que aprendáis a ser científicos.
»Pero en la Universidad no acabáis de entender eso y, con este paro, se consagra la visión caduca de la enseñanza. Alumnos de muchas facultades se quedan contentos con esto: lo que no se da no entra en el examen. Descorazonador."
Juan Luis PAVÓN, Lección de un catedrático a los alumnos sobre lo que no están aprendiendo.
Diario de Sevilla, lunes 28 de mayo de 2012.
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